Cada 15 de junio, se celebra el Día Nacional de la Atención Temprana, una fecha para poner en valor un servicio fundamental que acompaña, sostiene y transforma la vida de muchos niños y niñas, así como la de sus familias.
Este recurso, presente en cada comunidad autónoma, ha ido ganando reconocimiento a nivel estatal debido al incremento de casos de menores con trastornos del desarrollo o en riesgo de padecerlos.
Hoy más que nunca, la Atención Temprana se reconoce como una pieza clave en la prevención y en la intervención precoz, con un objetivo muy claro: garantizar que todos los niños y niñas tengan las mismas oportunidades para crecer, aprender y desarrollarse plenamente, sin importar las dificultades con las que se encuentren en sus primeros años de vida.
Este acompañamiento se centra en la etapa más sensible y decisiva del desarrollo humano: los primeros seis años.
Durante este periodo, cada avance, cada logro, cada pequeño paso cuenta. Por ello, la Atención Temprana no solo pone el foco en el niño o la niña, sino también en su entorno más cercano: la familia.
Desde el Servicio de Atención Temprana de la Fundación Canaria Taburiente Especial, trabajamos con la convicción de que empoderar a las familias, dotarlas de recursos, conocimientos y confianza, es la mejor forma de cuidar y nutrir el desarrollo infantil.
Las profesionales del equipo se forman constantemente, con un profundo compromiso hacia su labor, para poder acompañar desde la cercanía, la escucha y el respeto.
Sabemos que cada niño y cada niña tiene su propio ritmo, su propia historia y su manera única de mirar el mundo, y por eso, cada intervención se adapta a sus necesidades, a sus capacidades y a sus sueños.
Además de las terapias y sesiones diarias, promovemos espacios de encuentro, talleres y actividades en los contextos naturales de cada menor.
Porque es ahí, en lo cotidiano, donde se construyen los verdaderos aprendizajes. Y es ahí también donde las familias, con su amor, su entrega y su implicación, se convierten en el motor que hace posible cada pequeño gran avance.
En este día tan especial, no queremos hablar solo de servicios ni de intervenciones. Queremos hablar de historias.
De las primeras palabras que llegan después de mucho esfuerzo. De una mirada que empieza a sostenerse. De un juego compartido por primera vez. De la emoción de una familia que siente que no está sola.
Porque eso es lo que realmente somos: compañía en los comienzos, apoyo en las dificultades, celebración en cada logro.
A todas las familias que caminan con nosotras, gracias por permitirnos estar a vuestro lado.
A cada niño y niña que nos enseña que el crecimiento va más allá de los diagnósticos y las etiquetas, gracias por recordarnos la fuerza de lo esencial.
Y a todo el equipo humano que hace posible este acompañamiento, gracias por poner el corazón en cada gesto.
La Atención Temprana no es solo un servicio. Es un acto de amor, de compromiso y de esperanza.